En un entorno violento todo se vuelve
violento y quienes, por capacidad de liderazgo, por fortaleza física, porque
"no tienen nada que perder", o por cualquier otra causa, están en
condiciones de dominar a los demás, lo van a hacer. El compañerismo y la
solidaridad se manifestarán frente a la institución, pero no siempre entre los
mismos presos. Por eso, un recluso que es capaz de participar en un
enfrentamiento con la institución porque se ha tratado injustamente a un preso,
es también capaz de extorsionar a otro para conseguir droga o para quitarle
algo que le interese. Como, por otra parte, la institución penitenciaria rara
vez tiene capacidad para garantizar la seguridad del recluso, éste se ve
obligado a agruparse, tanto para defenderse como para dominar.
De acuerdo con el psicólogo Rodrigo Parrini, especialista en estudios de masculinidades y sexualidad, que ha trabajado el tema de las relaciones sociales al interior de las cárceles, para alimentar la “hombría” el poder es importante en cualquier contexto. En la cárcel, esta necesidad se exacerba. “El vínculo de masculinidad y poder es una forma de mantener un estatus dentro de la cárcel”
De acuerdo con el psicólogo Rodrigo Parrini, especialista en estudios de masculinidades y sexualidad, que ha trabajado el tema de las relaciones sociales al interior de las cárceles, para alimentar la “hombría” el poder es importante en cualquier contexto. En la cárcel, esta necesidad se exacerba. “El vínculo de masculinidad y poder es una forma de mantener un estatus dentro de la cárcel”
Hay ciertas características que
favorecen que el interno logre un mayor poder y estatus sin tanto esfuerzo, depende
del delito. Si van por secuestro u homicidio nadie se mete con ellos, desde el
principio se les teme. Ya no tienen nada que perder y, al contrario, mucho que
ganar por el respeto que van a adquirir. La violencia real o imaginada es uno
de los elementos que aporta poder a los varones en el contexto extremo de la
prisión.
Algunos profesionales, han
expresado que la violencia de las cárceles tiene que ver con el hacinamiento en
el que allí se vive y que para corregirla bastaría con construir cárceles más
espaciosas, pero cuando nos enteramos que en algunas unidades con altos índices
de suicidios y muertes violentas de distintas formas en los internos también
reportan un alto nivel de muertos por las misma causas en agentes
penitenciarios, arriesgamos la siguiente hipótesis: El estrés carcelario es la
causa de las muertes violentas en internos y agentes penitenciarios dentro de
este ámbito.
Realizado por: Nieves Navarro Gómez
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