Testimonios de menores en régimen cerrado en la Comunidad de Madrid: ¿reforma o cárcel de niños?.
En relación con una entrada anterior donde
abarcamos cómo influye la privatización de los centros de régimen cerrado para
menores que han cometido algún delito he considerado interesante añadir un par
de testimonios que nos hablan de estas consecuencias.
Uno de los testimonios es escrito por un menor que estuvo en uno de estos
centros. El otro testimonio
pertenece a un abogado que ha llevado el caso de un menor de edad que estuvo en
un centro de reforma y que sostiene preferir la prisión de adultos, creo que
este último relato es de gran interés para ver algunas diferencias entre la
prisión y un centro de reforma para menores y cómo una persona puede llegar a preferir una prisión para adultos que un centro cerrado de menores, donde presuponemos que la finalidad es la educación y reinserción de los menores en la sociedad.
Por imposibilidad de agregar el enlace del primer escrito los añado a mi
entrada para que accedáis a él.
He estado ingresado en Los Rosales 1
durante un año y cuatro meses.
Quiero advertir que el centro Los Rosales 1 no cumple ningún objetivo de
integración y reinserción para el menor infractor, ya que se utilizan técnicas
abusivas totalmente tanto con menores como educadores.
El tiempo que estado no me he sentido reformado sino con más odio por estar ahí
dentro, y sin tener que ver la privación de libertad, mirándolo desde un punto
totalmente imparcial, me doy cuenta de que se dedican simplemente a que cumplas
una medida y no como un centro para la reinserción de menores, ya que hay
abusos por parte de vigilantes y algunos educadores hacia menores por ciertas
conductas. Me refiero a abusos
físicos, agresiones. La dirección
del centro se obceca con algunos menores que quieren defender sus derechos
legales, derechos que te intentan retrasar y no hacerlos activos. Un ejemplo muy sencillo es cuando uno se quiere
quejar, quiere hablar con el juez.
Solicita la comunicación por vía oral telefónica con el juez y cuando la
dirección del centro por casualidad sabe por qué motivos quiere hablar, o
incluso sin saberlos, actúa hablando con el menor y convenciéndole de que no
diga nada, intentándole sacarle información, e incluso muchas veces posponiendo
o quitando la comunicación con el juez de menores.
También se dedican a comportarse de una manera radicalmente diferente cuando
viene una inspección que cuando estás en el día a día en la convivencia. Se obcecan con los educadores que más relación
educativa (no una relación de guardia, de sargento, sino una relación educativa
que al menor le integre; un educador y un menor pueden tener una amistad
educativa en cierto punto, y fuera del centro incluso, pero si cometes una
falta te va a sancionar igual), con esa gente que te reinserta, te educa y te
apoya, la dirección del centro Los Rosales pone toda su fuerza para acabar con
ella. Lo ha ido haciendo poco a poco
con argumentos inútiles y sin ninguna lógica, ¿por qué no lo hace con la gente
que no son educadores, que son militares? Esa educación militar no se lleva,
estamos hablando de chavales con problemas de familia, con problemas con la
droga, con muchos problemas, que necesitan amor, una educación…
En cuanto a las instalaciones, estamos hablando de empresas privadas a las que la Comunidad de Madrid les
da mucho dinero por cada menor. Son
instalaciones por encima correctas, pero por encima.
Hay goteras, malas instalaciones eléctricas, escatiman el material, la
alimentación, con todo, es increíble para la cantidad de dinero que les da la Comunidad de Madrid.
Yo llegué al centro en febrero, ingresé asustado porque es un sitio nuevo y no
sabes lo que te vas a encontrar. Al
entrar te tratan como a un perro, sin saber si te portas bien o te portas mal,
tienes dos vigilantes dándote rodillazos en la espalda por detrás mientras te
sientan, te gritan, te dicen que las manos las pongas boca arriba… Un ingreso
como si te hubieran cogido preso el bando contrario de una guerra. Luego te meten en una habitación, en un zulo, que
te meten ahí encerrado durante tres días, porque siempre dicen dos días pero
luego lo retrasan hasta tres o hasta cuatro días aunque te estés portando bien,
o te dicen que es legal. El
reglamento dice que cuando estás de acogida tienes que salir a hacer las
comidas con el resto de tus compañeros, a hacer alguna actividad, y se dedican
a no cumplirlo, a violar los derechos, y todo el mundo tan a gusto.
Y luego sales al grupo, te incorporas, y tienes a un montón de educadores. La mayoría se dedica no a educarte, a hacerte la
vida imposible, a buscarte sanciones y a provocarte para que saltes. Vale que entre dentro de unos objetivos del centro
ver hasta qué punto puede llegar un chaval, pero eso es un día, no todos los
días.
Tuve
un problema con un chaval, R., nos
insultamos, él se lo dijo a un educador amigo suyo en la calle y dentro, y a la
hora de la siesta vino a mi habitación con un vigilante, entrecerraron la
puerta y empezaron a darme puñetazos y a decirme que no lo volviese a hacer,
que como lo volviese a hacer me iban a entrar todas las siestas. Así una serie de negligencias por parte del centro.
Voy
a poner el ejemplo de un educador muy curioso.
Se llama G. le llaman Goyo. Es una persona mala, no guarda la higiene, no sé
cómo una persona con esas características puede trabajar ahí, amenazando a los
chavales, que si cuando salga…, comportándose como un verdadero delincuente,
como si él fuese el delincuente y el que se necesita reinsertar.
Las
instalaciones en apariencia, por fuera, parece que está todo bien, pero los
detalles más necesarios para una convivencia día a día están fatal. Las duchas se estropean cada dos por tres, sólo
hay agua caliente para los dos primeros que se duchan, y así en invierno, en
verano y en todas las fechas. Y
estamos hablando de menores que tienen sus derechos.
Las habitaciones con goteras, la comida insuficiente, fallos eléctricos, juegos
en mal estado, falta de equipación deportiva, de monitores deportivos… Una
barbaridad. A la hora de correr, te
sacan al patio personas inexpertas en la educación física a decirte que corras
durante 50 minutos, una hora o más.
Además, les da lo mismo que sea tu primer día, que fumes o algo. Y si no corres te sancionan.
Es increíble el trato que tienen con los menores.
No
entiendo la conciencia de esas personas, porque una persona, por muy mala que
sea, debe tener unos principios aprendidos en la sociedad que son su conciencia
moral, lo que le determina el bien y el mal, y esas personas, para tener el
poder que tienen, no tienen esa conciencia, es increíble.
La
estancia del día al día: uno cuando entra un centro tiene miedo por los
compañeros pero es que ahí no, ahí los compañeros son los mejores, lo malo son
los educadores. No los educadores en
general, porque a un educador, si un alto cargo o la dirección le dice que
tiene que hacer eso, pues por pagar su hipoteca, lo hará, dentro de sus
principios. Quien tiene la verdadera
culpa es la directora, J., y el
subdirector, A. A esas dos personas
no sé quien les dio el poder, pero el que se lo dio o trabajaba en la ONCE o estaba borracho. Luego viene una inspección, viene tal, y todo el
mundo queda como el bueno, más modositos que salen cuando viene una inspección
o cuando viene el juez. De todos los
días gritándote, cuando viene el juez va, hablan contigo, te hablan de permisos
para que ya no le digas cosas malas del centro al juez, y luego todo es
mentira, prometen cosas que no cumplen.
Violan la mayoría de derechos que están en el libro del menor, uno detrás de
otro: escuchan las conversaciones telefónicas, abren las cartas, las leen,
dices que quieres hablar con el juez o con tu representante y tardan en hablar
con él, primero intentan que se te olvide, luego hablan contigo para que hables
con la dirección, y es mentira, porque la dirección del centro es una cosa y el
juez de menores es otra y la inspección es otra, y cada órgano tiene su
responsabilidad y su misión, y la dirección se pasa por el forro todo lo que le
dices.
La
convivencia se hace dura y lenta, y no quiero llegar al punto de insultar a la
gente. Como yo he pasado por eso y
hay muchos chavales que no me gustaría que pasasen por eso, quiero que se
solucione. Vale que siga Los Rosales
1, pero que renueven totalmente a toda la plantilla que está actualmente, y que
inspeccionen eso de una manera en la que vean de verdad los errores y hablen
con los chavales, y que vaya gente que no haga la vista gorda sino gente que
vaya a pillarles. Yo no guardo
rencores, yo quiero que cambien a esas personas y que las echen y que las den
su merecido legalmente porque son malvadas y malas.
El enlace siguiente mostrará el testimonio del abogado de un menor, del que hablamos anteriormente.
Entrada realizada por Esther Orejana Lechuga